I
La materia que no soy... y tu alimento.
El objeto que "conduzco" despojado de sentimiento.
El ojo que no ve y la mano que no palpa,
aferrados, sin más, a la n a d a.
Un estorbo o un peso,
un desencadenante de pasión.
Un objeto de deseo,
también una ambición.
Un relato interesante,
una amenaza sin razón.
Un adorno o un relleno,
un cliente o transacción.
Un proveedor de sonrisas, cariño, quejas y externa cosmovisión.
Un alma perdida en la ciudad,
un infante al que educar,
un infante al que educar,
un dato, un número, un link, una oración,
un contacto visual matinal
con ausencia de expresión.
Un concepto no aclarado de vocablos incoherentes por carentes.
Un adjetivo etiquetado -considerado inherente-.
Un misterio, una intriga, un oido o resolución,
un soporte, posiblemente lim 1/n de quorum, una confrontación.
n->∞
Un público, unidad de multitud.
Una influencia, por ende un profesor.
De conducta: un patrón.
De conducta: un patrón.
Una compatibilidad, un gusto en común.
Un entretenimiento, una simple diversión, tal vez una ilusión.
Un tiro al aire, un random.
Un típico personaje de novela picaresca.
Un tiro al aire, un random.
Un típico personaje de novela picaresca.
Un sueño, una ficción.
II
Me tuve que despojar de sentimientos para saber qué represento.
Me tuve que quitar los ojos y cortar las manos
para dejar de aferrarme a la n a d a.
La atribución de alimentar se olvidó de mi ser.
Y este duerme acá confiando en la aparición de alguna luz de avidez.
Para alimentarte me convertí en objeto.
Para ser objeto me dejé amoldar.
Para dejarme amoldar me entregué al desgano.
Hablar no es comunicar.
Comprometerse no es amar.
Continuar por inercia, no es vivir.
No, no lo es para mí.
No, no lo es para mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario